viernes, 27 de abril de 2012

Historia

      Dos curiosidades geográficas
White Mahuida y Palau Mahuida fueron dos cerros que se levantaban en el "desierto" pampeano del oeste. El descubrimiento de dos curiosidades geográficas que son difíciles de localizar en la actualidad.
Walter Cazenave*
En varias oportunidades nos hemos referido a la olvidada epopeya, técnica y humana, de los agrimensores que relevaron lo que es hoy La Pampa (y otros sectores del país) apenas terminada la ocupación militar del llamado desierto. Sus testimonios, base del catastro actual, constituyen un venero interesantísimo sobre el que, en buena hora, parecen haber comenzado a trabajar los jóvenes geógrafos, naturalistas e historiadores de nuestra universidad.
Es que tamaña obra siempre ofrece algo curioso, para descubrir o sorprenderse, o bien confirmar algún dato inseguro de la Pampa antigua. Para el presente caso esa condición está referida a dos eminencias -cerros- que se levantan en los desiertos de nuestro oeste: White Mahuida y Palau Mahuida.
En principio conviene recordar que la palabra "Mahuida" en idioma mapuche o su derivación local ranquel, alude siempre a las eminencias rocosas. Para las lomas existe la palabra "huincul" y si son de arena hay un término preciso, "lo", generalmente identificado entre nosotros como médano. El indio, su vida misma, dependían de la precisión de esas denominaciones en los desiertos, donde a menudo obraban como faros en su tránsito. De allí entonces que nuestra primera inferencia respecto a estos topónimos es clara: se trata de sierras constituidas por material lítico, rocosas. Pequeñas, seguramente, y acaso identificadas con lo que se conoció en geología como Cinturón Mendocino-Pampeano, una cadena muy antigua y desgastada por entre la que corría (nunca tan bien empleado el pasado del verbo) nuestro río Salado-Chadileuvú.

La toponimia.
En lo que hace a White Mahuida la sierra se localiza catastralmente en Sección XIX, Fracción A, Lote 22, Legua c; el topónimo no puede resultar más curioso ya que parece ser un híbrido de mapuche... e inglés, idioma en el que la palabra "White" significa "blanco". Se hace difícil pensar que a los agrimensores que relevaron la zona se les haya ocurrido un bautizo de este nombre, que suena un tanto a broma. De los toponomistas consultados (Tello en sus dos ediciones, Stieben, el Diccionario de las Gobernaciones Nacionales, Vuletin y Piana) ninguno dice nada respecto a este accidente geográfico. Casamiquela, quien se remite a las muy interesantes planillas que Fernando Aráoz elaboró con vistas a la primera -y en parte frustrada- edición del Mapa de La Pampa. En ellas el recordado profesor dice "Cerro White" como interpretación del nombre, y agrega que fue "Bautizado por agrimensores". Casamiquela, en las dos ediciones que su obra tuvo en nuestra provincia, avala lo dicho por Aráoz.
Así la incógnita queda abierta: ¿el apellido de un integrante de las comisiones que relevaban? ¿Un híbrido debido al desconocimiento de la palabra mapuche que designa el color blanco? ¿Un homenaje a alguien de ese apellido? ¿Acaso una humorada de los exploradores? Como decíamos al principio resulta llamativa la incongruencia por la seriedad que suelen ostentar esos trabajos, en gran medida avalada por la efectividad de los baqueanos, esenciales al conocimiento y denominación del terreno y cuyos nombres acaso ya estén perdidos para siempre. Al respecto -señala Edgar Morisoli- hay sin embargo algunas excepciones.
Cabe señalar que en las mensuras originales, prácticamente al pie de este cerro, está marcada una senda indicada como "Camino al Salado", muy cercana al paso de Meucó, lo que permitiría identificarla como la antigua ruta prehistórica y transoceánica que siguiera don Luis de la Cruz en su famoso viaje de 1806.

Palau Mahuida.
Otro es el caso de Palau Mahuida. Al margen de su condición petrográfica ínsita en la palabra "Mahuida" y ya explicada, la coincidencia en cuanto a su significado es prácticamente unánime. Ubicada en Sección XIX, Fracción D, Lote 9, Legua a, de ella dice Casamiquela en su Geonimia: "Sierra del gateado" (pelaje) aclarando que la referencia es para con un animal y no a la sierra misma. En la Toponimia indígena editada por la CPE reitera lo anterior.
Tello, en Toponimia araucana-pampa, la traduce como "Cerro color canela" mientras que Piana: dice que es "bayo" y da como el todo "Cerro Bayo", destacando la "profundidad temporal" del topónimo, ya que lo dice incluido en el mapa de Olascoaga.
Vuletin traduce el accidente como "Cerro Bayo" al que califica de pedregoso (¿?), con un leve desplazamiento en la ubicación catastral: XIX, D, 8, destacando su constancia en la hoja IGM 3766. Tanto Stieben como el Diccionario Geográfico de las Gobernaciones Nacionales no lo mencionan.

No se ven, apero existen.
Consignadas la ubicación e identidad de ambos topónimos es tiempo de justificar la palabra "curiosidad", presente en el título de esta nota. Ella obedece a la dificultad de localización de ambos cerros dentro de nuestras posibilidades técnicas y humanas. En lo que hace a Palau Mahuida, según el mapa elaborado por los agrimensores, se encuentra cerca del extremo norte del Gran Salitral, entre la desembocadura de los arroyos Potrol y Las Barrancas, ambos antiguos cauce del Atuel. Personalmente hemos estado en las inmediaciones del sitio y no recordamos haber visto eminencia alguna, salvo quizás los conos aluviales que generó allí el río en épocas de esplendor hídrico. Morisoli corrobora la existencia del accidente geográfico, aunque lo define de escasa magnitud: una reducida superficie (acaso poco más de media hectárea) de ignimbritas -condición que justifica la denominación de "Mahuida"-, que se eleva un metro o poco más sobre el plan del salitral. El geólogo Santiago Giai me informa que ese tipo de roca se origina en nubes ardientes, posiblemente originadas en antiquísimo volcanes de la región, ya desaparecidos por la dinámica terrestre.

Esquivas al ojo.
White Mahuida, en cambio, se ubica -siempre según las mensuras originales- a unos veinte kilómetros al Nornoreste del accidente anterior, y flanquea por su margen derecha al arroyo Butaló, el brazo más largo del Atuel, que confluye con el colector Chadileuvú muy cerca de allí. También hemos pasado en cercanías del accidente sin notarlo, aunque conviene señalar que la entidad de este tipo de serranías es tan reducida que generalmente no se las advierte sino de muy cerca y que, transitando por caminos de tierra, el desnivel de los mismos y el monte bajo suelen ocultar estas pequeñas alturas. Ellas, sin embargo, bastan para controlar el curso del río.
Es lícito que el paciente lector se pregunte a esta altura por qué no salir de dudas mediante los fantásticos medios que nos han dado la ciencia y la técnica modernas, muy especialmente fotografías aéreas e imágenes satelitales. Precisamente, si consultamos esa maravilla que es el Google Earth veremos con sorpresa que en las ubicaciones citadas no se advierte ninguna plantilla que responda a las características de un cerrito, similares a las de sus vecinos (Limen Mahuida, Currú Mahuida...) con las típicas redes de drenaje que identifican las elevaciones. Es cierto que la citada herramienta es una mezcla de imágenes que se supone son de distinta condición técnica en cuanto a las bandas electromagnéticas en que se las relevó. Esto hace a veces que las elevaciones, si no son muy manifiestas, sean de percepción no fácil. En esta condición podríamos decir que localizamos el híbrido White Mahuida, aunque con algunas dudas.
Palau Mahuida, en cambio, sigue siendo un misterio al ojo de Google Earth y su pequeñez acaso esté enmascarada por los reflejos del Gran Salitral donde se asienta, la cantidad de agua del lugar en ese momento o los aportes que por lluvia o escurrimientos pudieron dejar los arroyos cercanos. Su ubicación y determinación cartográfica es una tarea de interés que merece la atención de quienes, poco o mucho, tratan de desvelar el rostro desértico de la provincia.

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